ENATE
Enate se define a sí misma como una bodega de nuestro tiempo. Una residencia del vino aséptica y funcional sin nada que ver con la imagen oscura y subterránea que tiene el moho húmedo y espectral como protagonista.
Los nuevos tiempos parecen tener sus mejores aliados en el diseño y las formas. Las instalaciones están trazadas con precisión geométrica.
En ellas se repiten un ritmo de rectas y aristas que ignoran la línea curva (las formas redondeadas son patrimonio exclusivo de la barrica).
El arquitecto ha captado desde el primer momento la intensa luminosidad de esta región y la ha trasladado a los espacios interiores, de forma que aún dentro siempre queda la sensación de estar un poco fuera. Es quizás el mejor ejemplo de este juego entre naturaleza y arquitectura.