Vermú Peregrino Rojo

El proceso de elaboración del Vermú Peregrino Rojo parte de un vino Godello envejecido bajo crianza en flor, que aporta un perfil vínico. Sobre esta base se realiza la maceración con plantas, flores y frutas seleccionadas, dando lugar a una compleja fusión aromática. Los 31 botánicos que forman parte de la receta incluyen hierbas autóctonas, especias y flores que evocan la diversidad del Camino de Santiago. El saber hacer de sus vermuteros se refleja en el resultado final: un vermú sedoso, redondo y con un carácter inconfundible.

El Vermú Peregrino Rojo tiene un atractivo color caoba rojizo, brillante y lleno de fuerza. En nariz muestra una intensidad alta, dominada por aromas de fruta compotada y canela, sobre un fondo herbal que recuerda al vino Godello envejecido, con sutiles notas de levadura propias de la crianza en flor. En boca destaca por su equilibrio perfecto entre la fruta madura de carácter dulce y el toque amargo del ajenjo. Su textura es sedosa y envolvente, con un paso de boca amable y un final persistente donde aparecen recuerdos de frutos secos y hierbas aromáticas del Camino de Santiago.

El Vermú Peregrino Rojo se disfruta mejor en copa, servido bien frío entre 10 °C y 12 °C, ya sea solo o con una piedra de hielo que refuerce su frescor. Para realzar su expresividad, se sugiere acompañarlo con piel de naranja o, para un toque más sofisticado, de pomelo. Cada copa de Vermú Peregrino Rojo es una invitación a detenerse, brindar y celebrar el camino que nos trajo hasta aquí.